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Gabino Eleuterio Juan Nepomuceno Barreda nació el 19 de febrero de 1818 en la ciudad de Puebla; fue un médico, maestro y filósofo, cuyo acercamiento al positivismo europeo de Augusto Comte, le permitió establecer en México modelos educativos que estuvieron en armonía con el liberalismo pregonado por el gobierno juarista, al concretarse la restauración de la República en 1867.

Gabino Barreda estudió la carrera de jurisprudencia en el Colegio de San Idelfonso, pero no se graduó como abogado debido a su particular rechazo a los conocimientos no sujetos a comprobación. Debido a ello, se inclinó hacia diversas ramas de las ciencias naturales; estudió química en el Colegio de Minería, para después inscribirse a la Escuela de Medicina; durante el conflicto militar entre México y Estados Unidos, sirvió en el cuerpo militar de nuestro país.

Después de estudiar medicina en la Ciudad de México, Barreda se embarcó hacia la ciudad francesa de París en 1849 con el propósito de ampliar sus estudios. Pedro Contreras de Elizalde –pionero de la corriente filosófica positivista en México y suegro de Benito Juárez—lo condujo a las conferencias que Comte impartía en el Palais Royal; el “Curso de filosofía sobre la historia general de la humanidad” dictado por el filósofo francés, tuvo un hondo impacto en el pensamiento de Barreda quien, después de obtener su diploma de doctor en la Escuela de Medicina de París en 1851, regresó a México.

A su regreso a su país natal, Gabino Barreda enseñó física médica en 1854 y, al año siguiente, historia natural y anatomía. Durante el establecimiento del Segundo Imperio Mexicano, decidió mudar su residencia, por lo que se retiró hacia Guanajuato, en donde ejerció como médico y ahondó en sus reflexiones sobre la corriente positivista.

En 1867, cuando cayó el Segundo Imperio Mexicano a manos de los liberales comandados por Benito Juárez, Gabino Barreda pronunció en Guanajuato su famosa “Oración cívica a la República” el 16 de septiembre de aquel año. En su discurso, se refirió a tres estadios de la historia de México hasta ese momento: la época colonial, la independencia y la época que le tocó presenciar: la Reforma.

De acuerdo con su visión de la historia mexicana, Barreda vio superados los primeros dos estadios y auguró el establecimiento de un último periodo positivista, en el que la Constitución del 1857, las Leyes de Reforma, el liberalismo político, junto al establecimiento del sistema capitalista condenarían a la sepultura a los dogmas y arquetipos que justificaban la existencia de la estructura eclesiástica; el desarrollo del país sería posible sólo a través del conocimiento y el positivismo sería la “palanca” que lo impulsaría.

Tras su discurso, Benito Juárez lo convocó para formar parte de una comisión que se encargaría de redactar un plan para reorganizar la educación en el país. Junto a él, estuvieron inmersos personajes como Pedro Contreras Elizalde, Ignacio Alvarado, Francisco Díaz Covarrubias y Eulalio María Ortega.

Los trabajos de la comisión concluyeron y, el 2 de diciembre de 1867, se publicó la ley que reglamentaría la instrucción en México durante aquella época; en dicho cuerpo normativo se incluyó desde la educación primaria hasta la profesional, pasando por la preparatoria y se instituyó la enseñanza elemental obligatoria y gratuita, eliminando la enseñanza religiosa.

La Ley de Instrucción Pública de 1867, redactada por Gabino Barreda, además de la obligatoriedad y laicidad de la enseñanza en México, ordenó la creación de una institución de educación que pervive hasta nuestros días: la Escuela Nacional Preparatoria. Su Plan de estudios se replicó en otras instituciones educativas en los estados de la federación.

El espíritu cientificista de la enciclopedia de las ciencias positivas de Comte fue evidente en los inicios del ambicioso programa de instrucción pública, empero se privilegió el papel de la lógica; en el aspecto ontológico, de la naturaleza del hombre, el objetivo de la institución fue dotar a los individuos de un fondo común de verdades que le permitieran reflexionar sobre el fenómeno de su integridad que, además, armonizara con el liberalismo juarista de la época.

La Escuela Nacional Preparatoria inició sus actividades académicas el 1 de febrero de 1868 y estuvo bajo la dirección de Barreda hasta el año de 1878.

A la pluma de Barreda se deben obras como: De la educación moral (1863); Oración Cívica (1867) y Opúsculos, discusiones y discursos (1877).

En 1978, el gobierno de Porfirio Díaz lo nombró ministro en la ciudad de Berlín, Alemania. Murió en la Ciudad de México el 10 de marzo de 1881, poco después de su retorno al país.

Sus restos descansan en la Rotonda de las Personas Ilustres.