Fuente: https://bit.ly/3GxC0hC

Durante el desarrollo de las primeras etapas del México independiente se establecieron una serie de instituciones que llevaron a la disputa ideológica entre los grupos liberal y conservador, en cuánto a la organización política y los derroteros de nuestro país, durante la mayor parte del Siglo XIX. Uno de los personajes que sobresalieron por su personalidad y aguda crítica al proyecto liberal de aquel entonces fue el ideólogo y teórico conservador Lucas Alamán.

Lucas Alamán y Escalada nació el 18 de octubre de 1792 en la ciudad de Guanajuato, en el hoy estado de Guanajuato. Sus padres, María Ignacia Escalada y Madroñero y Juan Vicente Alamán, formaban parte de las familias más ricas de la región del bajío en territorio virreinal, cuyo abolengo se remontaban desde el Siglo XVI.

Alamán inició sus estudios en el Colegio de la Purísima Concepción. En la Ciudad de México realizó estudios en el Real Seminario de Minas, en dónde obtuvo su título como perito en minas en 1814; en suelo europeo ahondó en sus estudios en mineralogía, así como en el griego, la química y las ciencias naturales.

Lucas Alamán tuvo contacto con la revolución de independencia en su juventud, lo que orientó significativamente su postura política en relación al liberalismo años más tarde. El 28 de septiembre de 1810, fue testigo de la toma de la Alhóndiga de Granaditas; la barbarie con la que la horda arengada desde el poblado de Dolores -la cual seguía al cura Miguel Hidalgo- atacó, saqueó y asesinó a quienes se atrincheraron en la ciudadela, le generó una peculiar animadversión hacia el pensamiento liberal y lo llevó a inclinarse a un conservadurismo orientado hacia el restablecimiento del orden por medio de la religión, como mecanismo indiscutible para quitar los malos hábitos de los pobres.

Para Alamán, la propiedad en sí misma constituía la base de la sociedad, por lo que la seguridad para los dueños garantizaría la estabilidad y permanencia de la propia sociedad; asimismo, consideraba innecesaria la instrucción para los indígenas, por un aspecto de seguridad, pues según él, si aprendían a leer y a escribir, habría el peligro latente de que tuvieran contacto con literatura subversiva, lo que los podía conducir a una inminente rebelión.

Tras su estadía en Europa, Alamán volvió a México en 1819 y ocupó el cargo de secretario de la Junta Superior de Sanidad, por encomienda directa del entonces virrey. En 1821, partió a la península ibérica debido a que fue nombrado diputado para las cortes españolas; fue durante este tiempo que el texto Ensayo sobre la causa de la decadencia de la minería en La Nueva España vio la luz.

En 1823, después de su estadía en la península y de rechazar un nombramiento en la corte de la Corona, volvió a México en el momento en el que se desmoronaba el efímero Imperio de Agustín de Iturbide, para dar paso a una Junta Provisional de Gobierno, encabezada por conocidos militares insurgentes.

La Junta Provisional de Gobierno aprovechó la experiencia de Lucas Alamán en el extranjero y lo nombró ministro de Relaciones Exteriores cuando él tenía treinta años. En ese ministerio, gestionó para el país el reconocimiento de Inglaterra y el reconocimiento de México hacia Guatemala; asimismo se opuso a la colonización de Texas y, como una estrategia ante la evidente expansión norteamericana, promovió el acercamiento y unidad entre los nacientes países hispanoamericanos.

Por su inclinación socio-política, Alamán se integró a la logia escocesa, en la que se aglutinaron comerciantes, abogados, funcionarios civiles y militares, políticos, mineros, criollos y españoles que defendían la permanencia de las instituciones coloniales en la vida independiente de nuestro país.

En este modelo, conocido posteriormente como conservador, el papel de la religión católica figuraba como un elemento central para la unidad social, aunque ésta estuviera dividida en estamentos, con sendos privilegios para aquellos posicionados en la cúspide de la pirámide; se defendía la existencia de fueros eclesiásticos y militares, con un estado centralizado que mantuviera un proteccionismo económico, a la vez de buscar alianzas con potencias como España e Inglaterra que dieran pauta a la contención del expansionismo norteamericano.

En 1829, Lucas Alamán regresó a la vida pública del país, después de la deposición del presidente José María Bocanegra. Desde 1830 y hasta 1853, Lucas Alamán se mantuvo en activo en la economía y política de nuestro país, cuando los gobiernos conservadores se sucedieron en el poder.

Sus propuestas y la defensa en pro del establecimiento de una monarquía estuvieron auspiciadas por la latente amenaza que para él representaba el ascenso de Estado Unidos como potencia militar y económica y que, de acuerdo con su postura, podía frenarse por medio de la asociación de una posible corona mexicana con las casas reinantes europeas.

En 1853, durante la última administración de Antonio López de Santa Anna, ocupó nuevamente el ministerio de Relaciones; desde esa administración impulsó el ministerio de Fomento, Colonización, Industria y Comercio; instó a la utilización del sistema métrico decimal en el país; ordenó la revisión de aranceles e impuestos a los productos que llegaban a territorio nacional y preparó un proyecto de ley de imprenta.

Tomando en consideración estas acciones, algunos historiadores aseguran que al final de su trayectoria comenzó a acercarse hacia el liberalismo y a tener un distanciamiento considerable del conservadurismo.

A su pluma se deben textos icónicos del pensamiento conservador del Siglo XIX, como Disertaciones sobre la historia de la República Mexicana desde la época de la Conquista que los españoles hicieron a fines del siglo XV y principios del XVI de las islas y continente americano hasta la Independencia e Historia de México desde los primeros movimientos que prepararon su Independencia en el año de 1808 hasta la época presente.

Lucas Alamán falleció en la Ciudad de México el 2 de junio de 1853 a causa de una pulmonía.

 

Fuentes:

  • Carmona Dávila, Doralicia, “Lucas Alamán”, disponible en https://bit.ly/3wRXfGu, consultado el 30-05-2022.

Van Young, Eric, “De una memoria truncada a una historia majestuosa: el caso de Lucas Alamán”, en Desacatos, núm. 50, 2016, pp. 12-27. Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social. Distrito Federal, México.

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