En 1997 la Asamblea General de las Naciones Unidas proclamó el día 26 de junio como el Día Internacional en Apoyo de las Víctimas de la Tortura. En el primer párrafo del artículo 1 de la Convención contra la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes se definió a la tortura como: “Todo acto por el cual se aflija intencionadamente a una persona dolores o sufrimientos graves, ya sean físicos o mentales con el fin de obtener de ella o de un tercero información o una confesión, de castigarla por un acto que haya cometido, o se sospeche que ha cometido, o de intimidar o coaccionar a esa persona o a otras”. [1]

Fuente: https://bit.ly/2CwVLZH

Desafortunadamente, la tortura es una práctica presente en muchos países a nivel internacional. A inicios de este siglo XXI, en el año 2002, se implementó el Protocolo Facultativo de Prevención de la Tortura y otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes, con el que se enfatizó el derecho de toda persona a no ser sometida bajo ninguna circunstancia a malos tratos o a situaciones de tortura.

De acuerdo con este protocolo, las medidas de prevención son fundamentales para evitar que se sigan presentando casos de tortura en el mundo.

La tortura suele darse de manera extra judicial; tiene lugar en lo oculto y frecuentemente se da al amparo de las instituciones del Estado. Amnistía Internacional señala que los gobiernos con frecuencia aplican sus esfuerzos a negar y encubrir los casos de los que tienen conocimiento, más que a la realización de investigaciones exhaustivas respecto de las denuncias.[2]

Asimismo, en una encuesta realizada en 21 países por esta organización, se señaló que el 44 por ciento de los encuestados temen ser torturados si son detenidos y el 80 por ciento pugna por leyes más enérgicas para proteger a las personas de esta actividad clandestina.[3]

En México, de acuerdo con datos de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) de 2003 a 2013 hubo alrededor de mil 505 denuncias de tortura; empero, se cree que la cifra es más alta debido a los numerosos casos que no se denuncian en nuestro país[4]. En solo tres años, de 2010 a 2013, la CNDH recibió más de 7 mil quejas por actos de tortura y malos tratos de parte de autoridades.[5]

El problema en México se ha agudizado de manera directamente proporcional al aumento de la impunidad, la cual ha permitido que se perpetúen este tipo de prácticas calificadas como de lesa humanidad. Por ello, resulta indispensable generar conciencia entre la población mundial para proscribir la tortura, los tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes.

Ese es precisamente uno de los principales cometidos de la Asamblea General de las Naciones Unidas al establecer la efeméride del 26 de junio como el Día internacional en Apoyo de las Víctimas de la Tortura. Se deben implementar todo tipo de iniciativas para efectos de visibilizar y sensibilizar a las personas respecto de la necesidad de eliminar uno de los flagelos más repudiables en la historia de la humanidad.

 

[1] “Convención contra la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes”, disponible en  https://bit.ly/2JcJUi5, consultado el día 23-06-2020.

[2] “Tortura”, en Amnistía Internacional, disponible en https://bit.ly/2K7glyV, consultado el día 23-06-2020.

[3] Ibíd.

[4]  Alcalá Montaño, Alfredo, “Día internacional de apoyo a las víctimas de tortura”, en Milenio, disponible en https://bit.ly/2lrIO7M, consultado el día 23-06-2020.

[5] Ibíd.

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