El 22 de febrero de 1913, Francisco I. Madero y José María Pino Suárez fueron asesinados después de ser depuestos por la fuerza de los cargos de presidente y vicepresidente respectivamente. Victoriano Huerta dio cauce al “Pacto de la Ciudadela”[1], firmado entre algunos personajes contrarios al maderismo, quienes acordaron desconocer y reemplazar al gobierno emanado del movimiento revolucionario de 1910.

Fuente: https://bit.ly/2HOLkmS

El gobierno de Huerta encontró en el senador chiapaneco Belisario Domínguez Palencia a uno de sus críticos más recalcitrantes, el cual denunció las arbitrariedades cometidas en contra del gobierno constitucional de Madero.

Nacido en el estado de Chiapas, Belisario Domínguez descendía de una familia con tradición político-militar de inclinación liberal; su padre y su abuelo participaron activamente en la lucha contra la intervención francesa y, el primero de ellos, fue gobernador en dos ocasiones de su estado natal.

Belisario realizó sus primeros estudios en la ciudad chiapaneca de San Cristóbal de Las Casas y en la Ciudad de México; complementó su formación profesional en París, Francia, lugar en el cual se recibió de médico cirujano, partero y oculista[2].

En 1911 ganó la elección para ocupar el cargo de presidente municipal en Comitán, postulado por el Partido Liberal; desde esta trinchera Domínguez se erigió como un duro crítico del porfirismo y del gobernador de su estado Rafael Pimentel, quien había estado en el cargo en dos ocasiones.

A través del periódico “El Vate”, fundado por él, publicó diversos artículos en contra del régimen; así, por ejemplo, dada la incautación de fondos para el Hospital Civil de Comitán, Belisario se pronunció, a través de su actividad periodística, en contra del entonces titular del poder ejecutivo local, previo a su participación en las elecciones chiapanecas de 1911.

En 1912 tomó el cargo de senador suplente y, con la muerte del senador propietario Leopoldo Gout, el 3 de marzo de 1913, asumió la titularidad en el escaño.

Desde el Senado de la República se convirtió en un ferviente oponente del gobierno usurpador de Huerta, al que acusó constantemente de arrebatar el poder ilegítimamente, al amparo de la traición y el ruin asesinato del presidente constitucional.

El 25 de abril de aquél año, en un discurso pronunciado en la tribuna de la Cámara Alta, Domínguez manifestó que la aprobación de una autorización solicitada por el gobierno de Huerta – referida a la extensión del plazo para la permanencia de embarcaciones en el puerto de Veracruz -, sería considerada “… un voto de confianza al gobierno que asesinó al presidente Madero y al vicepresidente Pino Suárez, porque es un gobierno ilegítimo y porque es un gobierno que ha restaurado la era nefasta de la defección y el cuartelazo[3]”.

En septiembre de 1913, en medio de los festejos de la Independencia, Belisario Domínguez rehusó estrechar la mano de Huerta en la sesión solemne del Senado que tuvo lugar el día 16. En los días 23 y 29, los discursos con los que participaría en la tribuna de la Cámara Alta, fueron vetados; éstos reflejaban la animadversión que le causaba el huertismo y en ellos expresó:

… el pueblo de México no puede resignarse a tener por Presidente de la República a don Victoriano Huerta, al soldado que se amparó del poder por medio de la traición y cuyo primer acto al subir a la Presidencia fue asesinar cobardemente al Presidente y Vicepresidente legalmente ungidos con el voto popular, habiendo sido el primero de éstos quien colmó de ascensos, honores y distinciones a don Victoriano Huerta, y habiendo sido él igualmente a quien don Victoriano Huerta juró públicamente lealtad y fidelidad inquebrantables[4].

… en razón del modo con que ascendió al poder y de los acontecimientos que han tenido lugar durante su gobierno, el cerebro de don Victoriano Huerta está desequilibrado, su espíritu está desorientado. Don Victoriano Huerta padece de una obsesión constante que dificultaría y aun imposibilitaría a un hombre de talento… Cuando la obsesión es más fija, don Victoriano Huerta se exaspera y para templar su cerebro y sus nervios desfallecientes hace un llamamiento a sus instintos más crueles, más feroces, y entonces dice a los suyos: maten, asesinen, que solo matando a mis enemigos se restablecerá la paz… Concededme la honra de ir comisionado por esta augusta asamblea a pedir a don Victoriano Huerta que firme su renuncia de Presidente de la República, creo que el éxito es muy posible. He aquí mi plan. Me presentaré a don Victoriano Huerta con la solicitud firmada por todos los Senadores, y además con un ejemplar de este discurso y otro que tuve la honra de presentar al señor Presidente del Senado en la sesión del 23 del presente. Al leer los documentos, lo más probable es, que llegando a la mitad de la lectura pierda la paciencia don Victoriano Huerta, y sea acometido por un acto de ira y me mate, pero en este caso nuestro triunfo es seguro, porque los papeles quedarán allí y después de haberme muerto no podrá don Victoriano Huerta resistir la curiosidad, seguirá leyendo y cuando acabe de leer, horrorizado de su crimen me matará también y la patria se salvará[5]

Vaticinando el futuro, Belisario Domínguez fue sacado de su habitación de hotel el 7 de octubre de 1913, poco antes de la medianoche, para ser conducido después a una casa ubicada en Tacubaya, en donde fue torturado y posteriormente asesinado brutalmente por hombres de Huerta.

A su muerte, la Cámara de Diputados fue disuelta por la fuerza y fueron encarcelados 110 diputados, tras solicitar a Huerta, junto con el Senado, una investigación respecto del asesinato del legislador chiapaneco.

 La XXVI Legislatura del Congreso de la Unión fue liquidada por decreto de Huerta el 10 de octubre de 1913.

Actualmente, la presea más importante otorgada por el Senado de la República, lleva precisamente por nombre Belisario Domínguez.

 

[1] Pacto de la Ciudadela, disponible en https://bit.ly/2ttxWu6, consultado el día 4-10-2020.

[2] “Belisario Domínguez Peralta”, en Memoria Política, disponible en https://bit.ly/2n8voBW, consultado el 4-10-2020.

[3] Ibíd.

[4] Primer Discurso de Belisario Domínguez, disponible en https://bit.ly/2uTguBz, consultado el 4-10-2020.

[5] Segundo Discurso de Belisario Domínguez, disponible en https://bit.ly/2naWF6T, consultado el 4-10-2020.

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