Fuente: https://bit.ly/3JmZFCE

El movimiento estudiantil de 1968 fue la consecuencia abrupta de un ejercicio del poder casi totalitario, característico del presidencialismo mexicano del siglo pasado. La lucha por la democratización del Estado tuvo un eco inusitado entre las instituciones de educación media superior y superior del país, cuyos estudiantes, criticaron y demandaron al gobierno de Gustavo Díaz Ordaz el fin de la represión gubernamental, así como una apertura al diálogo y solución a sus demandas.

El 22 de julio de ese año, un pleito en la Plaza de la Ciudadela en el entonces Distrito Federal, en el que estuvieron involucrados estudiantes de las Vocacionales 2 y 5 del Instituto Politécnico Nacional y alumnos de la preparatoria Isaac Ochoterena, incorporada a la Universidad Nacional, provocó la intervención del cuerpo policiaco conocido como “granaderos” quienes diluyeron la gresca violentamente. El día 24 de julio el cuerpo de granaderos irrumpió violentamente en la Vocacional 5 golpeando a estudiantes y profesores, hecho que provocó la indignación estudiantil en la Ciudad de México y preparó el terreno para que se presentara una de las primeras luchas civiles en los ámbitos una democracia directa.

El día de 26 de julio, dos manifestaciones coincidieron en el centro histórico de la Ciudad de México; estudiantes de filiación comunista marcharon rumbo al Zócalo capitalino para conmemorar el asalto de Fidel Castro al cuartel Moncada y estudiantes del Instituto Politécnico Nacional marcharon en protesta a los eventos ocurridos dos días en las vocacionales 2 y 5. En su camino hacia la Plaza de la Constitución, los jóvenes fueron interceptados por cuerpos de la policía capitalina –granaderos y policía montada—quienes diluyeron las manifestaciones a golpes para después perseguir y continuar la agresión en calles y zonas aledañas al centro de la ciudad.

Ante la agresión constante de la que todos los movimientos de protesta social eran objeto y en respuesta al régimen de mano dura de Gustavo Díaz Ordaz, se presentó una organización estudiantil espontánea que pasó de la simple protesta a articular un movimiento de carácter político con aspiraciones y demandas perfectamente definidas. El Consejo Nacional de Huelga (CNH) vio la luz el 2 de agosto de 1968 y estuvo conformado por un gran número de escuelas y planteles de diversas universidades de todo el país.

El Consejo estuvo integrado por los delegados de las 70 escuelas, facultades y planteles que se declararon en paro absoluto, de instituciones como la Universidad Nacional Autónoma de México, el Instituto Politécnico Nacional, la Escuela Nacional de Agricultura de Chapingo, la Escuela Normal Superior, la Escuela Nacional de Antropología e Historia, el Colegio de México, la Universidad Iberoamericana e instituciones de otros estados como la Universidades de Michoacán, Puebla, Sinaloa, por mencionar algunas.

Cada escuela o facultad, en un principio tuvo tres representantes dentro del CNH, sin embargo, a medida que más planteles se declaraban en paro el número se contrajo a 2 únicamente. Pese a que se planteó una rotación entre los integrantes, el liderazgo del Consejo y del movimiento en sí recayó en personajes que se asumieron como voceros del mismo, entre quienes cabe mencionar a Ana Ignacia “la Nacha” Rodríguez, Roberta “la Tita” Avendaño Martínez, Félix Lucio Hernández Gamundi, Raúl Álvarez Garín, Luis Tomás Cervantes Cabeza de Vaca, Gilberto Guevara Niebla, Roberto Escudero, Luis González de Alba, entre otros.

Tras la conformación del CNH y el fortalecimiento de su núcleo, el movimiento de 1968 dio un giro eminentemente político y el 8 de agosto dio a conocer su pliego petitorio, el cual estuvo conformado por 6 puntos:

1.- Libertad a los presos políticos.

2.- Derogación de los artículos 145 y 145 bis del Código Penal Federal, relativos al delito de disolución social.

3.- Indemnización a los familiares de los muertos y heridos desde el inicio del conflicto, víctimas de la represión policiaca y de otras fuerzas y mecanismos de seguridad.

4.- Desaparición del cuerpo de granaderos.

5.- Deslinde de responsabilidades por parte de responsabilidades por parte de los funcionarios públicos y autoridades por los actos de represión de la policía, los granaderos y el Ejército.

6.- Destitución de los generales Raúl Mendiolea Cerecero y Luis Cueto Ramírez –Jefe y sub jefe de la policía del Distrito Federal—, y el teniente Armando Frías –comandante del Cuerpo de Granaderos.

 

Fuentes:

  • Krauze Enrique, “Díaz Ordaz y el 68”, Clío, disponible en https://bit.ly/3JzmuDD, consultado el 1-08-2022.
  • Poniatowska, Elena, La noche de Tlatelolco, Era, 2012.