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La noche del 22 de agosto de 1913 Serapio Rendón murió en el Cuartel de Tlalnepantla por órdenes del gobierno usurpador de Victoriano Huerta.

El motivo de su detención y su posterior asesinato se relacionó con su posición contestataria en contra de la administración huertista, tras los magnicidios de Francisco I. Madero y de su personal amigo, José María Pino Suárez, acaecidos el 22 de febrero del mismo año; del mismo modo, su creciente activismo y participación en la “Casa del Obrero Mundial”[1], pudieron haber motivado en buena medida su asesinato.

Nacido en Mérida, Yucatán, en 1867, Serapio Rendón fue un abogado que dedicó su vida a la actividad política en México.

Opositor a la dictadura de Porfirio Díaz, se unió a las demandas revolucionarias del proyecto maderista y fue electo como diputado federal por el estado de Yucatán para la XXVI Legislatura, la cual inició sus trabajos en 1911.

Preocupado por los derechos laborales, Rendón tuvo un contacto constante con las organizaciones obreras que comenzaron a surgir después del estallido de la Revolución en 1910.

Entre las principales demandas obreras que se hicieron durante este tiempo, resalta el reclamo de tener acceso, por ley, a un día de descanso.

Como concejal del Ayuntamiento de la Ciudad de México, Serapio Rendón desempeñó un papel importante para lograr no sólo la concesión del descanso obligatorio, sino opciones de entretenimiento sano para los trabajadores: “Es un hecho por fortuna, el cierre de tabernas, pulquerías, cantinas y demás expendios de licores espirituosos, así como el descanso dominical… Y natural es que si por los medios indicados el pueblo se aleja del vicio, debe procurarse el coronamiento de la obra moralizadora por medio de diversiones lícitas para el pueblo, en las cuales pueda con regocijo y honestidad emplear su tiempo libre.”[2]

Antes de ser apresado, participó en un mitin convocado por miembros de la Casa del Obrero Mundial, el 25 de mayo de 1913; en dicha reunión, Serapio Rendón pronunció un discurso dirigido a los monitores del gobierno que vigilaban el acto y sentenció: “… id a decir a vuestros jefes que vuestros servicios no son aquí necesarios, porque el pueblo, que sí tiene conciencia de sus derechos y respeta los ajenos, no necesita vigilancia…”[3].

En 1917, una de las propuestas sobre derechos laborales abanderada por Serapio Rendón fue elevada a rango Constitucional, a través de la redacción del artículo 123 de nuestra Carta Magna, en el seno de los trabajos del Congreso Constituyente de ese año.

 

[1] Ribera Carbó, Anna, “El primero de mayo en los tiempos de la revolución”, en Andes, núm. 17, 2006. Universidad Nacional de Salta. Salta, Argentina. Disponible en https://bit.ly/2MJly4r, consultado el 17-08-2020.

[2] Pulido Esteva, Diego, “Historia del descanso dominical en la Ciudad de México, 1880-1913”, en Historia Moderna y Contemporánea de México, núm. 52, julio-diciembre, 2016. Universidad Nacional Autónoma de México. Distrito Federal, México. P. 45

[3] Ribera Carbó, Anna, op. cit.