Fuente: https://bit.ly/2VUnL33

José María Albino Vasconcelos Calderón, nació el 27 de febrero de 1882 en la ciudad de Oaxaca; fue un filósofo, educador, abogado, escritor y político cuya vida se desenvolvió en el México posrevolucionario. A él se le debe uno de los programas de educación nacional más ambiciosos de la historia de nuestro país.

Fue hijo de Ignacio Vasconcelos Varela y de Carmen Calderón Conde; en su niñez, residió en diferentes ciudades del país debido a la actividad de su padre; sus estudios de bachillerato los cursó en la Escuela Nacional Preparatoria en la Ciudad de México y obtuvo su título de abogado en la Escuela Nacional de Jurisprudencia en 1907.

Su habilidad para la escritura fue evidente y a su pluma se le deben las siguientes obras: Don Gabino Barreda y las ideas contemporáneas (1910), El Movimiento Contemporáneo de México (1916), La intelectualidad mexicana (1916), El monismo estético (1918), La caída de Carranza: De la dictadura a la libertad (1920) y el ensayo La raza cósmica (1925).

En 1920, Álvaro Obregón llegó al poder y con él, José Vasconcelos arribó a la rectoría de la Universidad Nacional de México. Desde esa posición concibió al Departamento Universitario como un Ministerio en sí mismo; entre junio y septiembre de ese mismo año se dio a la tarea de sentar las bases para la realización de un sistema educativo moderno, haciendo esfuerzos para devolverle a la Universidad las atribuciones y facultades que se le habían dado en la ley de 1910, al tiempo de dar una mayor apertura para la impartición de la educación secundaria y superior a una escala mayor.

A su paso por la Universidad Nacional se reorganizaron de manera importante las Escuelas de Odontología, Medicina Homeopática, Ingeniería y de Altos Estudios; también las Facultades de Jurisprudencia, Medicina, Ciencias Químicas y la Escuela Nacional Preparatoria se volvieron dependientes directos de la Universidad Nacional, con lo que se dio una revisión y modificación de los planes de estudios considerados caducos o ineficientes para las necesidades educativas del país.

Como rector, Vasconcelos vislumbró una campaña contra el analfabetismo que en esencia se trató de una cruzada nacional; para ello propuso el retorno de un Ministerio de Educación federal, debido a que los gobiernos de los estados fueron incapaces de desarrollar y mantener programas de enseñanza a nivel local.

En 1921 se reformó la Constitución de 1917 para esos efectos, propiciando con ello el nacimiento de la Secretaría de Educación Pública (SEP). Su paso por la Universidad Nacional siempre será recordado, ya que el lema “Por Mi Raza Hablará el Espíritu” y su actual escudo se le deben a Vasconcelos.

José Vasconcelos inauguró la SEP el 1 de octubre de 1921, de la cual fue su primer secretario. A su llegada organizó el primer plan nacional de educación a gran escala en la historia de nuestro país. En su ensayo La raza cósmica, habló de la necesidad de una filosofía que fuera propia del mestizaje, la cual debía ser producto de la total comprensión de nuestra cultura; el nacionalismo cultura fue el sello que le imprimió a su prometedora cruzada educativa.

Durante su estancia en la SEP, Vasconcelos sentó las bases de la corriente artística conocida como el “muralismo mexicano” y encargó diversas obras a quienes conformaron la primera generación de grandes muralistas: David Alfaro Siqueiros, Diego Rivera y José Clemente Orozco, las cuales aparecieron en sitios emblemáticos como el patio de la Escuela Nacional Preparatoria.

El muralismo, en palabras de Carlos Monsiváis: “ha sido uno de los fenómenos más conmovedores de una sociedad necesitada de afirmaciones externas e internas, a la caza del orgullos y reivindicaciones, urgida del reconocimiento de los suyos en el extranjero y requerida de estímulos internos, de las confirmaciones del bienestar que sólo los seres excepcionales proporcionan. Expresión óptima de lo que engendró y propició en arte y cultura la Revolución Mexicana…”.

En 1929, Vasconcelos presentó su candidatura para la presidencia de la República, abanderando a la oposición; perdió las elecciones de aquel año frente a Pascual Ortiz Rubio. En 1940, después de una larga ausencia, regresó al país para tomar bajo su tutela la Biblioteca Nacional; tres años después fue pieza importante para la fundación del Colegio de México y, en 1953, ingresó a la Academia Mexicana de la Lengua.

José Vasconcelos falleció el 30 de junio de 1953 en la Ciudad de México.

 

Fuentes:

  • Donoso Romo, Andrés, “Una mirada al pensamiento de José Vasconcelos sobre Educación y Nación”, en Utopía y Praxis Latinoamericana, vol. 15, núm. 48, enero-marzo, 2010, pp. 51-62. Universidad del Zulia Maracaibo, Venezuela.
  • Carmona, Doralicia, “José Vasconcelos Calderón”, en Memoria Política de México, disponible en https://bit.ly/3s34w4V, consultado el 21-02-2022.

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