31 de marzo. El Congreso Constituyente forma un triunvirato para gobernar el país.

El 1 de febrero de 1823 se proclamó el Plan conocido como de Casa Mata, el cual fue impulsado por los generales Antonio López de Santa Anna, Guadalupe Victoria, Nicolás Bravo y otros ex insurgentes, en favor de la reinstalación del Congreso que había sido disuelto. La presión política y social provocó que el recién formado Imperio de Iturbide se desmoronara tan sólo nueve meses después de su nacimiento.

Retrato póstumo de medio cuerpo de Nicolás Bravo hecho por José Inés Tovilla en 1920, óleo sobre tela, Museo Nacional de Historia. Disponible en https://acortar.link/ML5MA2

Desde un inicio los roces entre Iturbide y el Congreso se hicieron patentes. Los integrantes del cuerpo constituyente declararon que la soberanía recaía sobre su órgano de representación quién asumía las funciones del poder legislativo y delegaba las funciones del ejecutivo a la Regencia–presidida por el propio emperador—, en tanto que las atribuciones del judicial eran ejercitadas por los tribunales. Asimismo, el Constituyente declaró la igualdad de derechos civiles para todos los habitantes del imperio.

El principal propósito del Congreso fue el de redactar una Constitución política para la naciente monarquía mexicana; sin embargo, las pugnas por el control político y los roces entre la Asamblea y Agustín I llevaron a que este último declarara su disolución el 31 de octubre de 1822.

Litografía de Guadalupe Victoria, hecha por Luis Garcés, impresión sobre papel, imprenta de Viuda de Murguía e Hijos. Colección Museo de Historia Mexicana. Disponible en https://www.3museos.com/?pieza=guadalupe-victoria

Con el alzamiento y adhesión militar que sobrevino a la publicación del Plan de Casa Mata, Iturbide, por asesoramiento de su Consejo de Estado, reinstaló el Congreso el 7 de marzo de 1823. Doce días después, con el destino del efímero Imperio sellado, abdicaba al trono mediante un escrito enviado a la representación nacional recién reinstalada poniéndose a sus órdenes; el día 27 del mismo mes anunció su salida de Tacubaya no sin antes disculparse de cualquier acto de despotismo que hubiese cometido.

Ante el vacío de poder que generó la caída de Iturbide y el fin del Imperio, el día 31 de marzo de 1823 el Congreso decidió formar un triunvirato que tuviera a su cargo todo lo relacionado al Supremo Poder Ejecutivo; la responsabilidad recayó en los militares Nicolás Bravo, Guadalupe Victoria y Pedro Celestino Negrete, cuyos suplentes fueron Mariano Michelena, Miguel Domínguez y Vicente Guerrero.

El modelo del triunvirato para la asunción del Supremo Poder Ejecutivo establecido por el Congreso, fue una medida pensada para evitar la exacerbación del poder unipersonal y con ello el posible establecimiento de una tiranía. No obstante, éste tuvo signos prematuros de debilidad política y sus integrantes se rotaron con cierta continuidad, lo que provocó una grave inestabilidad en la de por sí débil unidad que mostraba el territorio.

Imagen extraída del libro de Vicente Riva Palacio, Julio Zárate (1880) “México a través de los siglos” Tomo III: “La guerra de independencia” (1808 – 1821). Disponible en https://acortar.link/9QLTCQ

Dentro del segundo Congreso Constituyente, instalado el 23 de noviembre de 1823, algunos diputados intentaron impulsar modificaciones a la figura del triunvirato para el ejercicio del Supremo Poder Ejecutivo, entre las que destacaron que el cargo sólo durara un trienio con la remoción de un integrante cada año y la participación de los Congresos locales en el proceso electoral, y la de crear la figura de un director supremo al interior del triunvirato el cual sería elegido por sus mismos integrantes, con el objeto de dotar de mayor peso político al Ejecutivo.

No obstante, el Constituyente aprobó en julio de 1824 la figura del presidente y dos meses después la del vicepresidente, quienes serían electos por las legislaturas locales ganando el primer cargo quién obtuviera el mayor número de votos, sepultando con ello la presencia del triunvirato en el ámbito constitucional y en la organización del Estado mexicano.

Finalmente, después del proceso electoral dirigido por el Congreso Constituyente y en el que participaron los integrantes del triunvirato encargado del Supremo Poder Ejecutivo, Guadalupe Victoria fue electo como el primer presidente de la República en los primeros días de octubre de 1824.

Fuentes:

“Bicentenario del Primer Congreso Constituyente mexicano 1822-1823”, Universidad Nacional Autónoma de México — Coordinación de Humanidades — Dirección General de Divulgación de Humanidades – Museo de las Constituciones. México, 2022.

Cruz García, Horacio, El nacimiento de la República. México entre 1821 y 1824, Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México. México, 2024.

Soberanes Fernández, José Luis, “El primer congreso constituyente mexicano”, en Cuestiones Constitucionales, núm. 27, julio-diciembre, 2012, pp. 311-381. Universidad Nacional Autónoma de México. Distrito Federal, México.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Search