Fuente: https://bit.ly/2It3iaR
El 4 de octubre de 1824 el Congreso Constituyente aprobó la primera Constitución Federal de la historia en nuestro país. Después de once años de guerra se consiguió la independencia del territorio de la Nueva España de la metrópoli; el 24 de agosto de 1821 se firmaron los Tratados de Córdoba por parte de Agustín de Iturbide y Juan O’Donojú, nombrado Capitán General y Jefe Político Superior de Nueva España. En dicho documento se reconoció la soberanía e independencia del otrora efímero Imperio Mexicano; el modelo político acordado fue el de una monarquía constitucional moderada[1].
El plan original de los tratados era llamar al trono del Imperio Mexicano a Fernando VII o alguien de estirpe real; no obstante, quien terminó asumiendo el trono fue Agustín de Iturbide, cuyo reinado se prolongó tan solo nueve meses; del 21 de julio de 1822 al 19 de marzo de 1823. México fue el único territorio que, al independizarse de la Corona española, asumió un carácter monárquico.
El Congreso mexicano, que había sido disuelto por Iturbide al oponerse a la pretensión de éste de concentrar todo el poder, como si se tratara de una monarquía absolutista, convocó a la instalación de un nuevo Congreso Constituyente, el 7 de noviembre de 1823. Así pues, previa insurrección a merced del Plan de Casa Mata, el 31 de enero de 1824 se expidió el primer documento fundacional republicano mexicano: el Acta Constitutiva de la Federación; en su artículo 5° estableció claramente que el modelo político elegido, después del fracaso monárquico, sería el de una república representativa popular federal[2].
El 4 de octubre de 1824, el Congreso Constituyente dio a luz la primera Constitución Federal, en la que se ratificó el modelo republicano representativo popular y federal. Al respecto, el Dr. Jorge Carpizo refiere que: “La idea de república nació en México estrechamente ligada a la del Estado federal, y fue el resultado de las decisiones de varias provincias de aceptar la unión únicamente bajo la fórmula de una república federada, fórmula que se propagó como un huracán por gran parte del territorio”[3].
Con la aprobación de la nueva Constitución, se consolidó el triunfo del republicanismo como modelo de organización política sobre la monarquía, aunque solo temporalmente; esta última resucitaría cuarenta años después con la intervención francesa y el surgimiento del Segundo Imperio Mexicano con Maximiliano de Habsburgo. Por otro lado, el dilema entre república federal o centralista dio origen a la crisis política del siglo XIX entre liberales y conservadores [4].
La Constitución de 1824 es considerada como el primer ordenamiento fundamental del Estado mexicano y no se pueden entender su naturaleza y alcances sin remitirse a su origen; al proceso convulso que la precedió.
[1] Tratados de Córdoba, disponible en https://bit.ly/2zIQSc5, consultado el 1-10-2018.
[2] Acta Constitutiva de la Federación Mexicana, disponible en https://bit.ly/2cVxE9w, consultado el 1-10-2018
[3] Carpizo, Jorge, “La República Democrática en la Constitución Mexicana”, en Boletín Mexicano de Derecho Comparado”, vol. XLIV, núm. 132, septiembre-diciembre, 2011. Universidad Nacional Autónoma de México. Distrito Federal, México. P. 1056.
[4] Ibíd. P. 1057.