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Transcurría el mes de mayo de 1911; seis meses antes había estallado un movimiento armado, cuyo propósito era derrocar al longevo gobierno de Porfirio Díaz, quien se había perpetuado en el poder poco más de tres décadas.

Francisco Ignacio Madero González buscó la presidencia de la República en 1910, ante la promesa de un proceso electoral justo y equitativo, no obstante, poco antes de las elecciones fue detenido y encarcelado, con lo cual Díaz se reeligió por séptima ocasión.

Ante el rechazo a la reelección de Díaz y tras la publicación del Plan de San Luis por parte de Madero, comenzó la revuelta armada el 20 de noviembre de 1910 y con ello la caída en picada de la larga administración del longevo general. Las victorias de las fuerzas maderistas en el norte del país fueron determinantes para la declinación de Díaz en la primera etapa de la Revolución mexicana, la cual se prolongaría a lo largo de casi una década.

El autor del Plan de San Luis, huyó hacia Estados Unidos y ahí se mantuvo a la expectativa durante los primeros meses del conflicto armado. El 14 de febrero de 1911, Madero regresó de su breve exilio a México para tomar el control del movimiento revolucionario, por lo cual estableció su base de operaciones en la localidad de Guadalupe, Chihuahua, para después avanzar sobre la localidad de Casas Grandes y sobre Ciudad Juárez, hecho que aconteció en mayo de ese mismo año.

Mientras tanto, Díaz, a pesar del clima de tensión social y política desatada por su cuestionable triunfo en las elecciones de 1910, presidió los festejos del centenario de la independencia, los cuales se desarrollaron sin mayor problema.

Ante el avance de las fuerzas maderistas y la toma de Ciudad de Juárez por parte de éstas el 10 de mayo de 1911, el longevo general –el cual ya contaba con más de ochenta años—, cansado y con una infección bucal expresó sus intenciones de renunciar a la presidencia.

La renuncia del General José de la Cruz Porfirio Díaz Mori se presentó el día 25 de mayo de 1911 en la Cámara de Diputados, después de la firma de los tratados de Ciudad Juárez, la cual se había llevado a cabo el día 21 del mismo mes.

Después de la renuncia del dictador oaxaqueño, el gobierno quedó a cargo de Francisco León de la Barra, quien finalmente convocó a las elecciones que darían paso al triunfo de Madero, quien, eventualmente, sería asesinado no mucho tiempo después, en febrero de 1913.

Díaz se exilió en Francia después de ser depuesto. Empero su derrocamiento no fue suficiente para devolver al país un clima de paz.