Fuente: https://bit.ly/2gpr3D8
Francisco José Múgica Vázquez nació en Tingüindín, Michoacán, el 3 de septiembre de 1884. Fue un político mexicano cuya participación antes, durante y después de la Revolución mexicana se caracterizó por ser intensa y radical, defendiendo, entre otras cosas, la plena vigencia de los derechos sociales, así como el respeto a la laicidad del Estado.
Hijo de un profesor, se vio en la necesidad de cambiar de residencia constantemente durante su infancia. Vivió en localidades como La Piedad, Zináparo, Purépero, Sahuayo, ente otras.
Desde 1906 se involucró en actividades políticas, pronunciándose en contra del régimen de Porfirio Díaz a través del periodismo. A la postre, con el triunfo y posterior declive del maderismo, se unió a Venustiano Carranza –quien invocó al constitucionalismo como su bandera en la lucha armada—. Sin embargo, con este último Múgica sostuvo marcadas diferencias por la radicalidad de sus posturas en el ámbito social.
El michoacano tuvo una participación importante en el Congreso Constituyente de 1916-1917; junto a Heriberto Jara y Luis G. Monzón, diputados constituyentes, fue de gran influencia en la redacción de los artículos más emblemáticos de la nueva Carta Magna: 3, 27 y 123. Respecto del contenido del artículo 130, relacionado con la secularización de los bienes eclesiásticos, Múgica endureció su postura y expresó:
“Soy el enemigo del clero porque considero que el clero es el enemigo más desdichado y perverso que tiene nuestro país. ¿Qué puede aportar el clero al alma mexicana? Las ideas más absurdas, el odio más desenfrenado a la democracia, y a las ideas de libertad, igualdad y fraternidad. Si permiten que el clero maniobre libremente, nuestros hijos heredarán el fanatismo y el costo será quizá nuestro patrimonio nacional…[1]”
Cuando fue gobernador interino en su natal estado de Michoacán, en 1921, su posición en contra del clero lo llevó a establecer políticas radicales en temas de educación, así como en materia agraria y laboral. En lo tocante a su política religiosa, Múgica, impulsó la libertad de culto y el ejercicio de la libre asociación de otros credos en Michoacán.
Por lo anterior y por el impulso que dio al anticlericalismo plasmado en la Constitución de 1917, la Iglesia le manifestó su animadversión y llevó a cabo campañas de confrontación directa con Múgica, por medio de desacatos, procesiones e intolerancia religiosa contra grupos protestantes establecidos en Morelia.[2]
Durante el gobierno de Lázaro Cárdenas estuvo al frente de la Secretaría de Economía y la Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas; su papel en la expropiación petrolera de marzo de 1938 fue decisivo; de la pluma de Múgica emanó el “Manifiesto”, documento que informó al pueblo acerca de la decisión de nacionalizar el estratégico recurso.[3]
Francisco J. Múgica, es sin duda uno de los personajes más importantes de la historia del siglo XX en nuestro país. Su compromiso con los ideales revolucionarios y su activismo político lo situaron en su momento como un posible contendiente a la presidencia de la República para suceder al general Lázaro Cárdenas; empero, en este tenor las circunstancias se decantarían en favor de Manuel Ávila Camacho.
Murió en la Ciudad de México el 12 de abril de 1954. El 17 de diciembre de 1984 se decidió inscribir su nombre con letras de oro en los Muros de Honor de la H. Cámara de Diputados.
[1] Carmona Dávila, Doralicia, “Memoria Política”, disponible en https://bit.ly/2gpr3D8, consultado el día 30-08-2020.
[2] Mendoza García, Leticia, “Bautistas y presbiterianos en la política religiosa de Francisco J. Múgica y Sidronio Sánchez Pineda, 1920-1924”, en Historia mexicana, vol. LXVII, núm. 3, enero-marzo, 2018. El Colegio de México, Centro de Estudios Históricos. P. 1203
[3]Ibid.