Fuente: https://bit.ly/3oAv9x7
El 12 de octubre de 1968 se inauguraron los Juegos de la XIX Olimpiada o Juegos Olímpicos, en México, en el periodo del entonces presidente Gustavo Díaz Ordaz. La realización de la justa deportiva en tierras mexicanas se había definido cinco años antes, durante la 60° Sesión del Comité Olímpico Internacional, llevada a cabo en la ciudad alemana de Baden-Baden en 1963.
México participó como candidato debido en buena medida a la estabilidad de las finanzas públicas, al crecimiento económico y a la relativa paz política de que gozaba la nación durante el régimen de partido hegemónico pragmático (en términos de Giovanni Sartori). En términos económicos, durante el sexenio de Díaz Ordaz nuestro país experimentó una inflación promedio del 2.6 por ciento anual, mientras que los salarios se incrementaban alrededor del 6.4 por ciento en términos reales; cabe señalar que este auge económico no fue un fenómeno aislado pues se observó de manera generalizada a escala mundial.
En el plano político, en el país se dieron diversos movimientos de protesta organizados por sectores específicos durante la administración de Díaz Ordaz; el movimiento de los médicos de 1964 y las protestas de jóvenes estudiantes de las universidades de Morelia y Sonora evidenciaron el descontento social que se vivía por el ejercicio autocrático del poder, el cual imposibilitaba, entre otras cosas, un diálogo franco entre los gobernantes y los gobernados.
El movimiento estudiantil de 1968 fue interpretado por el gobierno federal como una amenaza política por parte del comunismo internacional, cuyo propósito era desprestigiar al país mediante el sabotaje de las justas internacionales a celebrarse en octubre de ese año. El discurso político empleado por el gobierno anunciaba la represión de la que sería objeto el movimiento estudiantil, la cual se perpetró finalmente diez días antes de la inauguración de la Olimpiada.
Gustavo Díaz Ordaz, presidente de México, arribó al estadio Olímpico Universitario en un helicóptero para la ceremonia inaugural de los Juegos de la XIX Olimpiada; fue documentado que, minutos antes, un grupo de asistentes hizo volar un papalote con forma de una paloma negra sobre el palco presidencial; para muchos deportistas, el aire citadino se encontraba realmente enrarecido durante la realización del evento. Las más grandes justas deportivas a nivel internacional, las cuales simbolizan la fraternidad y la paz internacional, habían sido precedidas por un baño de sangre.
Los Juegos Olímpicos de México 68, transcurrieron no sólo con la instauración de récords deportivos, sino que, además, se presentaron otro tipo de situaciones memorables, como, por ejemplo, las manos alzadas con guantes negros por parte de atletas norteamericanos, al momento del izamiento de su bandera, como protesta por los hechos de discriminación racial en su país.
Fuentes:
- Brewster, Keith, “Implicaciones Políticas y Culturales de las Olimpiadas de México 1968”, en Razón Palabra, vol. 14, núm. 69, julio-agosto, 2009. Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey. Estado de México, México.
- Krauze, Enrique, “Días Ordaz y el 68”, Editorial Clío, disponible en https://bit.ly/2Cxmd4o, consultado el 03-10-2021.
- Poniatowska Elena, “La Noche de Tlatelolco”, Editorial Era. México, 1971.